En Latinoamérica muchos se refieren a el matrimonio como “el matricidio” porque desde un principio piensan que el matrimonio es lo peor que le puede pasar a una persona. Cuando me comprometí escuché comentarios sobre lo que “el matrimonio significaba”, como la diversión se terminaba y la monotonía tomaba las riendas de la relación. Y me preguntaba cómo era que las personas tenían tan mal concepto sobre el matrimonio. Sin duda era algo en lo que pensaba muy seguido hasta que me di cuenta que sus opiniones no hablaban del matrimonio como tal sino que hablaba más sobre sus valores y las experiencias personales por las que habían pasado.
Yo veo el matrimonio como la celebración de que dos almas, que se complementan, se han encontrado y con esta celebración se hace oficial la unión. El matrimonio se celebra desde el amor y el respeto. Cuando hay amor y respeto, la lealtad hacia el otro no es un sacrificio sino que es una forma de demostrar lo afortunado que somos por tener a esa persona en nuestras vidas y también se demuestra la madurez de nuestra conciencia para honrar nuestra palabra. La lealtad dice cuan valiosos somos.
Muchos piensan que el matrimonio es lo peor que les puede pasar pero en mi opinión es una de las experiencias más bonitas cuando tiene el verdadero significado. Mi matrimonio es mucho más divertido que nuestros días de enamorados. Nos conocemos cada día más y podemos divertidos aunque cuando conocemos nuestros defectos y virtudes. Lo más importante es que nos aceptamos tal y cual somos.